Ante los cambios significativos que experimenta el panorama educativo y laboral actual, las llamadas power skills están desempeñando un papel fundamental. Estas habilidades blandas, que van más allá del conocimiento escolar tradicional, son cada vez más valoradas por instituciones educativas y organizaciones corporativas a nivel global. ¿Quieres saber cómo integrarlas con éxito en tu gestión académica para potenciar la formación de tus estudiantes? Aquí te explicamos cómo lograrlo.

La importancia de las power skills en la gestión académica: del aula al entorno laboral

 

Las power skills tienen su origen en las llamadas soft skills o habilidades blandas. Estas se refieren a los atributos personales y sociales que influyen en la manera en que interactuamos con los demás. En vez de enfocarse en los conocimientos técnicos, se centran en aptitudes que se pueden aplicar en diversos contextos (como el trabajo en equipo, el liderazgo, el pensamiento crítico, la inteligencia emocional, etc.)

Aquellas soft skills que son altamente demandadas en los puestos de trabajo de la actualidad, son denominadas power skills, y pueden ir cambiando dependiendo de la evolución de los entornos laborales.

Hoy en día, a medida que el mundo laboral se vuelve más competitivo y dinámico, los empleadores buscan individuos que posean un conjunto muy completo de estas habilidades, a fin de impulsar la productividad económica en los próximos años. En este sentido, prefieren candidatos que demuestren:

 

  • Adaptabilidad a un entorno profesional en constante cambio
  • Compromiso para seguir adquiriendo conocimientos 
  • Creatividad e innovación para enfrentar desafíos y encontrar soluciones nuevas
  • Mentalidad de crecimiento hacia una mejora continua
  • Capacidad de conectar con los demás, trabajar en equipo y colaborar eficazmente con otros profesionales en equipos multidisciplinarios

 

Sin embargo, este contexto requiere de una gestión académica basada en un enfoque pedagógico diferente al tradicional. De manera que, en vez de centrarse únicamente en la transmisión de información, las instituciones educativas están adaptando sus programas de estudio para fomentar el aprendizaje activo, el trabajo en equipo, la experimentación, la autonomía y la reflexión.

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Rumbo al éxito profesional: integrando las power skills en el salón de clases

Son diversas las power skills que necesitan los profesionales para tener éxito en el campo laboral actual, sin embargo, a continuación te detallamos las que están cobrando una mayor relevancia en las aulas, y te decimos cómo puedes aplicarlas en la enseñanza del día a día de tu colegio:

Autoliderazgo

Es la habilidad para dirigir y motivarse a uno mismo de manera efectiva, adquiriendo responsabilidades y asumiendo retos sin depender de la supervisión de otros. En otras palabras, se trata de contar con iniciativa propia y depender de uno mismo para lograr que sucedan las cosas.  

En el salón de clases, el autoliderazgo se puede potenciar fomentando la autonomía y la toma de decisiones de los estudiantes, por ejemplo, al brindarles la oportunidad de establecer metas personales, planificar y organizar sus tiempos de estudio, y desarrollar habilidades de autoevaluación.

Inteligencia cultural y social

Es la capacidad de comprender y adaptarse a diferentes culturas o contextos sociales, desde la empatía y el respeto por la diversidad. Para lograrlo desde el aula, es importante incorporar actividades que fomenten el intercambio cultural, tales como investigaciones sobre diferentes tradiciones, discusiones sobre temas globales y proyectos que aborden problemáticas sociales.

Atención al detalle

Esta habilidad entrena a los alumnos para ser precisos y acertados al momento de realizar distintas actividades. Con ello, pueden detectar más fácilmente errores o inconsistencias, así como asegurar que todos los elementos de un proyecto se lleven a cabo de manera cuidadosa, cumpliendo los objetivos en tiempo y forma.

Las dinámicas ideales para fomentar la atención al detalle son aquellas que requieren de una observación minuciosa y una alta capacidad de análisis, como la resolución de problemas complejos, la edición de textos o la revisión de experimentos científicos.

Aprendizaje personal

Ante un escenario profesional en constante cambio, la disposición para aprender de forma autónoma y continua resulta esencial para mantenerse actualizado con los requerimientos del entorno. Esta habilidad se fomenta estimulando la curiosidad de los alumnos, así como dotándolos de herramientas de investigación para lograr un aprendizaje autónomo.

Gestión del tiempo

Por su parte, cada vez es más importante la habilidad para organizar y administrar de forma eficiente el tiempo disponible. En el salón de clases, esto se puede potenciar enseñándole a los alumnos a fijarse metas objetivas y realistas, así como a jerarquizar los trabajos conforme a su nivel de importancia, manejar efectivamente las distracciones y ejecutar oportunamente las actividades.

Comunicación

Transmitir información de manera clara y efectiva, mediante el lenguaje verbal y no verbal, es una habilidad indispensable en los líderes del mañana. No obstante, además de la capacidad de expresión, también se evalúa la facultad de escuchar y entender a otros, dándoles una retroalimentación pertinente y constructiva. Durante las dinámicas escolares, es posible desarrollar estas habilidades por medio de debates, presentaciones orales, redacción de ensayos y técnicas de escucha activa.

Colaboración 

Por último, trabajar en equipo, valorar las contribuciones de los demás y alcanzar metas comunes se ha convertido en un instrumento fundamental para aprovechar las fortalezas individuales y lograr objetivos compartidos. Sin la colaboración, sería imposible contemplar diferentes perspectivas para llegar a acuerdos más justos y equitativos que construyan una mejor sociedad en el futuro.

Asimismo, en el entorno educativo, fomentar la colaboración entre estudiantes representa diversas ventajas, ya que promueve el pensamiento crítico, la comunicación efectiva y la resolución de problemas en equipo. Todo lo cual se puede poner en práctica en proyectos grupales y discusiones en clase, donde los alumnos también aprendan estrategias de comunicación intercultural.

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Dicho lo anterior, es importante destacar que las power skills no solamente son relevantes en la gestión académica y el ámbito laboral, sino que también formarán parte esencial de la vida personal de los alumnos. Sobre todo porque son habilidades que promueven la solución pacífica de conflictos, la capacidad de tomar decisiones informadas y una mayor conciencia social; es decir, aspectos centrales para contribuir positivamente al tejido de la sociedad actual, cada vez más globalizada.

Cultivar este compromiso personal y colectivo es tarea de los colegios, que día con día se esfuerzan por formar estudiantes responsables, pero también comprometidos con desempeñar un rol social que beneficie tanto a esta como a las futuras generaciones.

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